jueves, 1 de agosto de 2013

Cambio de rumbo

Buenos días, amigo/a

Hoy recordamos a san Alfonso María de Ligorio. En una ocasión hizo una
opción que le cambió el rumbo que llevaba. A lo largo de tu vida Dios
se hace presente invitándote a dar pasos hacia una misión que te ha
preparado para hacerte feliz. Está atento para captar estos llamados
del Señor, porque aparecen de la manera menos pensada.

Alfonso de Ligorio, joven y brillante abogado napolitano, en 1723
defendió al Doctor Orsini contra el gran Duque de Toscana en un famoso
pleito. La defensa de Alfonso fue elocuente y contundente, seguida por
un interminable aplauso. De inmediato el abogado del Duque se le
acercó y, mostrándole un papel, le dijo: «Todo lo que nos has dicho
con tanta elocuencia cae por su base con este documento». Alfonso
leyó, se dirigió al tribunal y exclamó: «Señores, me he equivocado». A
partir de ahí comienza una fuerte crisis interior. Dejó la abogacía,
fue ordenado sacerdote. Organizó misiones populares. Fue hecho obispo.
Fundó la congregación de los redentoristas. Al morir (1787) dejó
escritos un centenar de libros orientadores.

Hay personas que al organizar su propia vida se plantean la pregunta
¿dónde puedo ser más útil a los demás? Es un buen planteo desde el
vamos, porque han dejado a un lado la propia comodidad y ventaja, para
centrarla en el prójimo. Es un enfoque que pone el servicio en primer
lugar. Eso hizo san Alfonso y dio un nuevo rumbo generoso a su vida.
P. Natalio.

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