lunes, 22 de julio de 2013

Demasiado tarde

Buenos días, amigo/a

En el evangelio leemos que Jesús dijo: “Busquen primero el reino de
Dios y su justicia, y lo demás se les dará por añadidura”. El error
del hombre consiste en buscar con afán en primer lugar las cosas de la
tierra, los intereses propios, mientras le dan a Dios las migajas de
su tiempo, de su dedicación, de su amor. Los ídolos han suplantado a
Dios en su corazón.

En un avisador parroquial observé varios carteles. En el primero había
un bebé gordito y debajo se leía: "Demasiado pequeño para amar a
Dios". El segundo presentaba a una pareja de recién casados besándose.
Un letrero explicaba: "Demasiado felices para amar a Dios". Le seguía
un ejecutivo rodeado de teléfonos y dando órdenes: "Demasiado ocupado
para amar a Dios". A continuación un hombre rico, con relucientes
anillos de oro y pedrería, un cigarro en la boca, al bajar de su
lujoso coche: "Demasiado seguro de sí mismo para amar a Dios". Y
finalizaba la serie con un ataúd: "Demasiado tarde para amar a Dios”.
“Si escuchas hoy la voz del Señor, no endurezcas tu corazón”, (Sal.
95).

Para amar a Dios basta meditar en su amor por ti, con la Biblia en la
mano Te sugiero que leas lentamente, el salmo 23 del Buen Pastor,
diciendo  “Gracias, Señor”, a cada frase del mismo. Sentirás
conmoverse tu corazón por el amor delicado y tierno de Dios que te
proporciona seguridad, descanso, renovación, defensa, alimento e
indefectible amor. P. Natalio.

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