miércoles, 5 de junio de 2013

“Me sacias con miel silvestre”

Buenos días, amigo/a

La Biblia nos enseña a amar a un Dios bondadoso: “Como un padre siente
ternura por sus hijos, así el Señor siente ternura por sus fieles”.
Sólo espera de ellos fidelidad, o bien el sincero arrepentimiento por
sus extravíos. El salmista recuerda la delicadeza de este amor que
provee de alimento sustancioso a sus hijos. Aquí tienes una oración
responsorial para encender y avivar la contemplación: ese momento en
que las palabras caen y sólo queda ardiendo el amor.

- Me alimentas, Señor, con flor de harina, me sacias con miel silvestre.
- Me alimentas, Señor, con flor de harina, me sacias con miel silvestre.

- Me nutres de lo sabroso de tu casa, me das a beber del torrente de
tus delicias.
- Me sacias con miel silvestre.

- Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
- Me alimentas, Señor, con flor de harina, me sacias con miel silvestre.

El pan, amasado con la mejor harina, nos hace pensar también en la
mesa de la Palabra y en la de la Eucaristía. Dios, bondadoso y
providente, ha querido regalarnos el pan de su Palabra y el Pan de
Cristo, nuevo maná que fortalece a los que peregrinamos hacia la
Tierra nueva de las promesas eternas. La miel es símbolo de la dulzura
de este pan de Dios. P. Natalio.

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