El asno, el gallo y el león
Buenos días, amigo/a
Hay una realidad indiscutible, normal y prevista por Dios con un
designio de amor: los talentos han sido distribuidos en forma
desigual. ¿No te parece que es con el fin de hacernos crecer en el
amor y el servicio complementándonos, ayudándonos, intercambiando los
dones, integrándonos a la familia humana?
Estaban un gallo y un asno en un pastizal cuando llegó un hambriento
león. Y ya iba el león a tirarse encima del asno, cuando el gallo,
cuyo cantar se dice que aterroriza a los leones, chilló fuertemente,
haciendo salir corriendo al león tan rápido como pudo. El asno al ver
el impacto que un simple canto del gallo realizaba, se llenó de coraje
para atacar al león, y corrió tras de él con ese propósito. No había
recorrido gran trecho cuando el león se volvió, lo atrapó y lo
destrozó. Esopo.
Es bueno reconocer las fortalezas y ventajas de uno mismo y de los
demás para servirnos de los dones personales adecuadamente, sin
pretender destacarnos en toda habilidad y destreza. Apeles dijo una
vez a un zapatero que se metió a crítico de arte señalando defectos en
sus maravillosas pinturas: “Zapatero, a tus zapatos”. P. Natalio.
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