sábado, 4 de mayo de 2013

El águila agradecida

Buenos días, amigo/a

Ser agradecido es una virtud humana muy digna. Dar las gracias ante un
favor, ante un buen gesto, ante una atención recibida, es una forma
concreta de reconocer que lo que han hecho por nosotros, nos agrada,
nos ayuda, nos hace bien... Poco de lo que somos o poseemos lo hemos
logrado por mérito propio. Generalmente, se lo debemos a alguien.

Un labrador encontró un águila atrapada en una trampa. Admirado por su
belleza, la libró y la dejó libre. El águila no fue ingrata con su
bienhechor. Viendo que estaba sentado junto a un muro a punto de
derrumbarse, voló hasta él y le arrebató con sus garras la cinta con
que se ceñía su cabeza. Se levantó el hombre para perseguirla, pero el
águila dejó caer la cinta; la recogió el labriego y, al volver sobre
sus pasos, halló desplomada la tapia junto a la cual había estado
sentado. Quedó sorprendido y muy agradecido de haber sido retribuido
así por el águila. (Esopo).

Un inmenso desfile de quienes merecen que les demos las gracias, puede
aparecer delante de nuestros ojos con sólo pensarlo: padres, maestros,
familiares, amigos, vecinos, colaboradores, servidores públicos,
antepasados… Una lista interminable de gente que con su obra han hecho
posible que hoy seamos lo que somos. De bien nacidos es ser
agradecidos. P. Natalio.

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