viernes, 22 de febrero de 2013
Pedalea
Buenos días, amigo/a
Confiar en Dios es depositar toda tu fe en él. Dejarle el cuidado de
tus cosas. Permitirle disponer de tu futuro, porque sabes que te ama
más que tú mismo. Reposar en él “como un niño en brazos de su madre”,
(salmo 131).Confía sobre todo en las pruebas, cuando las cosas
resultan incomprensibles.
Aquel día estaba sentado junto a un camino que conducía a lo alto de
una colina. Observé a un muchacho montado en bicicleta que se
esforzaba en subir por la colina teniendo incluso el viento en contra.
Evidentemente el esfuerzo que tenia que hacer era tremendo. Cuando
estaba más fatigado apareció afortunadamente un ómnibus que subía la
colina en la misma dirección. Su marcha no era muy acelerada y el
joven pudo agarrarse con una mano de los barrotes de subida de la
parte trasera del autobús. Puedes imaginarte lo que sucedió. El
muchacho subió la cuesta a las mil maravillas.
Cuántas veces tú también estás pedaleando cuesta arriba contra toda
clase de oposiciones y te encuentras casi extenuado por el esfuerzo.
Recuerda que tienes a mano un poder disponible, la energía que te da
la confianza en Dios. Ora así: “El Señor es mi fuerza y mi poder,
confiaré y no temeré”. El transformará tu debilidad en fortaleza y tu
cansancio en renovado vigor. P. Natalio.
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