Relatos del Peregrino ruso
Buenos días, amigo/a
"Un día el Peregrino ruso se encontró con un joven sacerdote, pálido y
delgado hasta los huesos, que celebró la Eucaristía con lentitud,
piedad y sentimiento, y pronunció una excelente homilía sobre los
medios de adquirir el amor de Dios. Acabada la Misa el sacerdote,
interrogado por el Peregrino, le enseñó un modo fácil para ser un
hombre espiritual y orar con provecho”.
“Para recibir la iluminación espiritual y llegar a ser un hombre
interior, hay que elegir cualquier texto de la santa Escritura, y
concentrarse en él la mayor parte del tiempo posible. Así se descubre
la luz de la inteligencia. Para orar, hay que hacer lo mismo: si
quieres que tu oración sea pura, recta y provechosa, es necesario
elegir una plegaria corta, compuesta de algunas palabras breves, pero
fuertes, y repetirla con frecuencia y por mucho tiempo, y así se le
toma gusto a la oración.
“Esta enseñanza me agradó mucho, pues era práctica y simple, y al
mismo tiempo, profunda y sabia. Agradecí a Dios en espíritu el haberme
hecho conocer a un verdadero pastor de su Iglesia y proseguí mi vida
errante”. Esta narración está en los “Relatos de un peregrino ruso”,
testimonio de una sólida espiritualidad vivida en la Rusia del 1800.
Aprovéchala. P. Natalio.
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