sábado, 24 de noviembre de 2012

La cierva tuerta


Buenos días, amigo/a

Hay en ti dos facultades rectoras que te ayudan a tomar decisiones: la
inteligencia y la voluntad. La inteligencia ilumina las razones a
favor o en contra, y hace una evaluación de lo que es más conveniente.
Entonces tu voluntad, toma la decisión y actúa por lo mejor. A este
proceso se lo llama discernimiento. Una fábula para tomar decisiones
prudentes.

Una cierva a la que le faltaba un ojo pacía a orillas del mar,
volviendo su ojo intacto hacia la tierra para observar la posible
llegada de cazadores, y dando al mar el lado que carecía del ojo, pues
de allí no esperaba ningún peligro. Pero sucedió que unos pescadores
navegaban por ese lugar, y al ver a la cierva la abatieron con sus
flechas. Y la cierva agonizando, se dijo para sí: —¡Pobre de mí!
Vigilaba la tierra, que creía llena de peligros, y el mar, al que
consideraba un refugio, me ha sido mucho más funesto. (Fábula de
Esopo).


Como la cierva estamos rodeados de peligros por todas partes: de
dentro de nosotros mismos y de afuera, del pasado y del futuro, de la
derecha y de la izquierda… es la condición humana. Acepta la realidad
y mantente alerta, orando al Señor, para no ser sorprendido por esas
oscuras incitaciones al mal que pululan por doquier. P. Natalio.

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