Obras de misericordia
Buenos días, amigo/a
En todo momento y en cualquier circunstancia de la vida estoy en
condiciones de amar e imitar a Cristo, el incondicional servidor del
Padre y de los hombres. El modelo humano que me ofrece Jesús, y que él
realizó plenamente, es el de servidor humilde de quien necesita ayuda.
“El Hijo del hombre no ha venido para ser servido, sino para servir”.
Lee este mensaje mariano.
“¡Queridos hijos! Hoy los invito a hacer obras de misericordia con
amor y por amor a mí y a sus hermanos y hermanas que también son mis
hijos. Queridos hijos, todo lo que hagan por los demás háganlo con
gran gozo y humildad ante Dios. Yo estoy con ustedes y día a día
ofrezco sus sacrificios y oraciones a Dios por la salvación del mundo.
¡Gracias por haber respondido a mi llamado! ”
Ayudar y servir son dos expresiones concretas de un amor que se brinda
generosamente a los demás. De este olvido de mi mismo, surgirá como
por magia, mi propia felicidad y alegría, mi auténtica realización.
“Dormí y soñé que la vida era alegría. Desperté y vi que la vida era
servicio. Y, en el servicio, encontré la alegría” (Tagore). ¡Siempre
listo para servir! P. Natalio.
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