martes, 11 de septiembre de 2012

Todo con amor


Buenos días, amigo/a


La regla de oro de las grandes religiones es el amor al prójimo. En el

libro de Tobías el anciano ciego, sintiéndose cercano a la muerte, dio
preciosos consejos a su hijo. Entre ellos se destaca: “No hagas a
nadie lo que no te agrada a ti”. Norma fundamental y obvia, pero
tantas veces transgredida por egoísmo o inconsciencia. “Al final de la
vida se nos juzgará por el amor”.

Es bueno hacer lo que Dios quiere; pero quizá sea mejor, y cueste más,
querer lo que Dios hace. Y todavía puedes dar otro paso adelante:
querer lo que Dios hace, pero quererlo con amor; porque lo que en la
vida se hace sin amor, vale muy poco; en cambio, lo que se hace cori
amor, vale más que el oro.. Entre un ramo de flores que te tiran a la
cara, o el capullito que te ofrecen con cariño, con razón tú
preferirás lo segundo. Si las cosas de tu vida las realizas con amor y
por amor, nadie te preguntará qué es lo que has hecho, sino más bien
se fijarán en el amor con que lo has hecho. Nadie te preguntará;
tampoco Dios, que no se fija tanto en lo que hacemos cuanto en el amor
con que lo hacemos. Ama: ésta es la ley, el consejo, la meta,  todo.


El amor auténtico se manifiesta en servir, ayudar, proteger. “Obras

son amores, y no buenas razones”, dice el refrán español. Bajar a lo
concreto, aterrizar en la realidad de la vida, es el signo del amor
maduro. Evidentemente esto requiere sacrificio, entrega y olvido de ti
mismo. P. Natalio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario