Adoración y alabanza
Buenos días, amigo/a.
La adoración y alabanza surgen del conocimiento de quién es Dios. La
Biblia dice que es eterno e inmutable, santo y perfectísimo, fiel y
misericordioso, omnisciente y sapientísimo, grande y poderoso, cercano
y presente, infinito e insondable, autor de maravillas, omnipresente e
inmenso. Exprésale tus sentimientos con esta hermosa oración del P. V.
Fernández:
Te adoro, Señor, me postro, me entrego, porque sólo tú eres el grande,
el infinito, el glorioso, Señor del universo y de la vida. Te alabo,
Dios, el fuerte, el potente, el vigoroso, mi seguridad y mi defensa.
En ti me siento firme, en ti mi corazón descansa y se afianza. Gloria
a ti, que derramas en el mundo calor y hermosura, música y vida. Santo
eres, puro y limpio, simple y sin engaños. Luminoso como el agua
clara, como la nieve, como el manantial feliz y siempre nuevo. Bendito
seas, Señor. Amén.
Ante este Ser, que es Rey y soberano de todo, lleno de gloria y
majestad, misterioso e inefable, admirable y deslumbrante,
incomprensible, espiritual e invisible, a nosotros sus criaturas nos
corresponde adorarlo desde nuestra pequeñez, y elevarle cánticos de
alabanza en su honor y gloria. Alabar y adorar a Dios es lo justo y
correcto. P. Natalio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario