miércoles, 4 de abril de 2012


El buey y el mosquito


Buenos días, amigo/a.

La gente tiene a menudo una imagen inflada de sí mismo: desea con
ardor que los resultados de su actuación estén a la altura de la
efigie que tienen de su persona. Y, como es raro que se dé esa
adecuación, la gente reacciona entre frustrada y resentida. Estamos al
borde de la locura, metidos en la neblina de la alucinación.
(Larrañaga).

En el cuerno de un buey se posó un mosquito. Luego de permanecer allí
largo rato, al irse a su vuelo preguntó al buey si se alegraba de que
por fin se marchase. El buey le respondió: —Ni supe que habías venido,
ni lo notaré cuando te vayas.

Según santo Tomás de Aquino, Cristo nos recomendó por encima de todo
la humildad, por esta razón: porque con ella se anula el principal
impedimento para nuestra santificación. Todas las demás virtudes
derivan de ella su valor. Sólo a ella le concede Dios sus gracias, y
las retira cuando ella desaparece. P. Natalio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario