jueves, 19 de abril de 2012

Con mucho cariño


Buenos días, amigo/a.

La familia se construye con  amor: si los hijos se sienten amados,
están tranquilos y se interesan por complacer a sus padres. Con
sabiduría, para educar a los hijos en la responsabilidad y en la
libertad. Con paciencia, para enseñarles sin someterlos. Con
confianza, para transmitirles buenos sentimientos y formar su
personalidad.

Algún día, cuando mis hijos sean ya grandes para entender las razones
que motivaron a sus padres, les diré: Te amé lo suficiente como para
preguntarte a dónde ibas, con quién, y a qué hora regresarías a la
casa. Porque te amé insistí en que ahorraras dinero para comprarte una
bicicleta, aunque hubiéramos podido comprarte una. Te amé tanto que me
callé y dejé que descubrieras que tu nuevo amigo era un mal educado.
Te amé hasta fastidiarte y estar encima de ti, por dos horas, al
arreglar tu cuarto; trabajo que hubiera hecho yo en 15 minutos. Pero,
sobre todo, te ame lo suficiente, como para decirte que "no" cuando
sabía que me ibas a odiar por ello.  Esas fueron las batallas más
difíciles para mí.


La familia se construye también con  fe, para alentarlos en las
dificultades. Con valor, para aceptar lo que ellos elijan. Con
diálogo, para compartir alegrías y tristezas. Con ejemplo, porque los
padres son modelos que los hijos imitan. Con oración: dialogar con
Dios, da sentido a la vida, aún en los fracasos. Y todo esto con
perseverancia. P. Natalio.

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