Demasiado tarde
Buenos días, amigo/a.
La Iglesia –Madre y Maestra- teme por nosotros. Contempla a tantos
hijos suyos “adormilados”, desprevenidos, como si esta vida no acabara
nunca. Ve con alarma cómo esta sociedad paganizada nos aparta de lo
único necesario, y nos recuerda a menudo las palabras de Jesús: “Estén
preparados, porque no saben el día ni la hora”.
En una iglesia había un mensaje gráfico que describía las distintas
etapas de la vida: Se veía un niño jugando y por comentario abajo:
“demasiado pequeño para pensar en Dios”. Luego un joven tocando
batería, y decía: “demasiado metido en sus cosas y autosuficiente para
pensar en Dios”. Después un novio con su novia y decía abajo:
“demasiado enamorado para pensar en Dios”. Había también un hombre de
negocios muy preocupado, “con demasiados problemas en la cabeza para
pensar en Dios”. Y finalmente un tumba con su lápida, cruz y corona de
flores. “Demasiado tarde para acordarse de Dios”.
La salvación es una responsabilidad personal. Nadie puede comer por
mí, ¿verdad? Ocurre lo mismo en la vida espiritual. Nadie puede ser
bueno por mí. La virtud no se presta. Sólo yo puedo decidir por mí y
ser caritativo, fiel, paciente, piadoso. Yo soy responsable de la
dirección que doy a mi vida (AC). Piénsalo y decídete. P. Natalio.
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