martes, 14 de febrero de 2012

El orador Demades


Buenos días, amigo/a.

Hay un momento decisivo en la vida humana: es cuando ante tu propia
conciencia te comprometes a cumplir siempre tu deber. Desde ese día,
comienzas a mirar todo de otra manera, y cada cosa cobra nuevo valor.
Desde ese día, te abres a una etapa más hermosa y fecunda, porque has
dado prioridad al deber en vez del placer egoísta.

El orador Demades hablaba un día a los ciudadanos de Atenas, pero como
no prestaban mucha atención a su discurso, pidió que le permitieran
contar una fábula de Esopo. Aceptado el pedido, empezó de este modo:
–Deméter, la golondrina y la anguila viajaban juntas un día. Cuando
llegaron a la orilla de un río; la golondrina se elevó en el aire, la
anguila desapareció en las aguas… –y aquí se detuvo el orador. –¿Y
Deméter? –le gritaron–¿Qué hizo? –Deméter se enfureció contra ustedes
–replicó– porque descuidan los asuntos de Estado para entretenerse con
las fábulas de Esopo.

Tu vida, como la de todos, transcurre entre sencillas tareas. Puedes
caer en el grave error de juzgarlas sin importancia y hacerlas sin
entusiasmo y amor. Pon lo mejor de ti mismo en cada una. No olvides
que “no hay virtud más eminente que la de hacer sencillamente lo que
tenemos que hacer”. Que descubras y vivas la felicidad del deber
cumplido. P. Natalio.

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