viernes, 27 de enero de 2012


Rescatar el Padrenuestro


Buenos días, amigo/a.

Por amor a Jesús que nos enseñó el Padrenuestro, éste debe ser la
primera entre todas tus oraciones predilectas. Si el mismo Jesucristo
ha querido dejarnos una fórmula para orar, es lógico que esa fórmula
—el Padrenuestro— tenga un lugar preferencial en tus devociones. Pero
es urgente meditarlo, venerarlo, profundizarlo y recrearlo. ¡Rescátalo
de la rutina!

Sucede con el padrenuestro como con la casa donde nacimos: que de
tanto verla no la hemos visto nunca. Es parte de nuestra retina, de
nuestra sangre. Ya no nos dice nada. Como una moneda que, de tan
usada, ha perdido completamente su relieve. El rostro que representaba
es ya una superficie lisa imposible de adivinar. Así esta joya del
Evangelio se ha convertido en la oración rutinaria de los cristianos
de hoy. Tendríamos que rescatarla como quien descubre un continente o
conquista en guerra una montaña. Tendríamos que volver a sentirnos
como aquellos apóstoles que un día feliz oyeron de los labios de Jesús
esas 58 palabras que son, en frase de Tertuliano, resumen de todo el
evangelio. (Martín Descalzo).

¿Cómo meditarlo? Te sugiero buscar otros textos bíblicos que iluminen
cada frase. Por ej. Padre nuestro: “Como un padre siente ternura por
sus hijos, así el Señor siente ternura por sus fieles”. Otro: Líbranos
del mal: “El Señor te guarda a su sombra, está a tu derecha. El Señor
te guarda de todo mal. Él guarda tu alma”. Anímate a hacer algo. P.
Natalio.

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