Rodeados de milagros
Buenos días, amigo/a.
“No hay cosas sin interés. Tan sólo personas incapaces de
interesarse”, escribió Gilbert Chesterton, pensador inglés convertido
al catolicismo. Por ejemplo: a eso de que tus ojos miren y tus oídos
oigan, y tu cerebro funcione y tus manos trabajen, y tu alma irradie y
tu sensibilidad sienta, y tu corazón ame, a eso no lo llames humano,
llámalo milagro divino.
Cualquier cosa que existe es un milagro, un brote de hermosura, un
reflejo de Dios. Tomemos una hoja sencilla o una pequeña piedra. Si no
existiera nada más en el universo y apareciera esa piedra, la
valoraríamos mucho, nos deslumbraría, nos daríamos cuenta de que es
maravilloso que esa piedra exista. Si descubrimos eso, podríamos
pasarnos un buen rato contemplando esa piedra, tocándola, oliéndola y
descubriendo todos los detalles que encierra (colores, luces y
sombras, formas, olores, temperatura, grietas, etc.). P. Víctor
Fernández.
Alguien expresó que le gustaría ser toda su vida como un niño para ir
descubriendo siempre cosas nuevas y maravillarse de todo lo que va
encontrando. Ahora bien, que sepas orientar tu interés y tu capacidad
de asombro por todo lo que es noble y embellece la vida. Y recuerda:
“El valor del hombre está en proporción de su capacidad de admirar”.
P. Natalio
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