Vitrales desde afuera…
Buenos días, amigo/a.
Por el bautismo formas parte de la Iglesia, la comunidad de quienes
creen y aman a Cristo. Esta asociación es santa porque su cabeza es
Jesús, justo y santo; porque está animada por el Espíritu Santo; y
porque tiene el mandato de llevar la salvación y la santificación a
todo el mundo. Pero es también una Iglesia pecadora, porque fallamos
muchas veces…
Edgar, al pasar delante de una iglesia muy grande dijo a su mamá:
—Mirá mamá, esas grandes ventanas están bien sucias; no son nada
lindas. La mamá no dijo nada, tomó al hijito de la mano y entró en la
gran catedral. Mirados desde adentro los grandes vitrales que desde
afuera parecían grises y sucios, brillaron ahora con vivos y hermosos
colores. Entonces Edgar quedó admirado.
Los vitrales son un buen símbolo de la Iglesia, santa y pecadora al
mismo tiempo. Y porque es pecadora, la Palabra de Dios la urge a
convertirse cada día. Conversión es poner a Dios en el primer lugar y
darle a cada cosa la importancia relativa que tiene, es un impulso del
Espíritu a dejar un itinerario equivocado para seguir el camino mejor
y más feliz: el de Jesús. P. Natalio.
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