domingo, 2 de octubre de 2011

La triple prueba

Buenos días, amigo/a.


El apóstol Santiago en su carta nos recomienda vigilar y dominar la lengua que, a pesar de ser un miembro pequeño del cuerpo, puede provocar desastres, lo mismo que una chispa puede originar un incendio pavoroso.

Cierta vez un conocido le dijo a Sócrates: —¿sabes lo que escuché acerca de tu amigo? —Espera un minuto -replicó Sócrates- Antes quisiera que pasaras un breve examen. ¿Estás seguro de que es cierto lo que me dirás? —No -dijo el hombre-, solo lo escuché. —Entonces, -dijo Sócrates- no sabes si es cierto o no. Otra pregunta: ¿es buena esa noticia sobre mi amigo? —No, al contrario. —Entonces deseas decirme algo malo sobre él, sin estar seguro de que es cierto. Una última pregunta: ¿me servirá de algo conocer este asunto? —No, de nada. —Bien -concluyó Sócrates-, si lo que deseas decirme ni es cierto, ni bueno, ni siquiera útil, ¿para qué querría yo saberlo? La amistad es invaluable, no perderé un amigo por un simple chisme.

San Pablo escribió a los cristianos de Éfeso: “No profieran palabras inconvenientes; al contrario, que sus palabras sean siempre buenas, para que resulten edificantes cuando sea necesario y hagan bien a aquellos que las escuchan”. Palabras edificantes son las que construyen la paz, la alegría y la mutua unión. El Señor te bendiga. P.Natalio.

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