El picaflor enojado
Buenos días, amigo/a.
La paciencia es una madurez. Vence la ira y los arrebatos de cólera
Conseguirás la paciencia meditando en Jesús bondadoso, sufrido,
servicial, y suplicándole vuelva tu corazón a semejanza del suyo,
manso y humilde. Que el Señor te ayude a dar pasos para crecer en esta
virtud tan necesaria.
Un joven picaflor solía visitar un jardín donde colocaron un gran
espejo en forma de globo, para que en él se miraran las flores y las
mariposas. Al día siguiente el picaflor entró como flecha en el
jardín, pinchando aquí, pinchando allá a las flores que caían vencidas
por los besos de su largo pico. De repente, vio relucir en el gran
globo de cristal las flores de la planta que saqueaba. Seducido por
sus deseos, fue a dar de picotazos al espejo. Como nunca había
encontrado resistencia, se encegueció por la ira y siguió picoteando
hasta romperse el pico y caer moribundo por tierra, víctima de su
locura. Daireaux.
¿No has comprobado que una palabra dura dicha en un acceso de ira te
trajo semanas de amargura? Un refrán tibetano afirma: “la paciencia en
un momento de enojo te evitará cien días de dolor”. Cada día pídele al
Señor toda la paciencia que necesites. Dile “Concédeme hoy fortaleza,
mucha paciencia y serenidad. Que nada ni nadie me perturbe”. P.
Natalio
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