martes, 23 de agosto de 2011


Para vivir mejor


Buenos días, amigo/a.

“Los entusiastas son los triunfadores. Ellos tienen fortaleza, tienen
tenacidad. El entusiasmo es la base de todo progreso. Con él se
consigue crear. Sin él, todo son excusas”. El entusiasta tiene una
gran confianza en Dios, que es también sana confianza en sí mismo, en
los demás y en la vida. Sentimiento poderoso que disipa el fantasma
nefasto del miedo.

Cuida tu presentación todos los días. Arréglate como si fueras a una
fiesta, ¡que más fiesta que la vida! Mantén vivo tu amor por la vida.
Sal a la calle o al campo de paseo. El agua estancada se pudre y la
máquina inmóvil se enmohece. Cultiva el optimismo sobre todas las
cosas. Sé benigno en los juicios, de buen humor en la palabra, alegre
de rostro, amable en los ademanes. Trabaja con tus manos y tu mente.
La mejor bendición es el trabajo, cualquier actividad laboral o
artística es la medicina para todos los males. Sé positivo siempre.
Alégrate de que entre las espinas florezcan las rosas.

¿Cómo entusiasmarte? Endiosándote, llenándote de Dios. Ése es el
secreto de los cristianos maduros que viven en plenitud el amor, la
esperanza y la confianza, las tres virtudes teologales que nos
relacionan con Dios. Que avives en ti la chispa divina del entusiasmo.
P. Natalio.

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