viernes, 29 de julio de 2011

Anuncio urgente


Buenos días, amigo/a.

Minuto a minuto, con la mano abierta, en el surco de la vida,
¡siembra! Deja caer el grano, entrega al mundo tu ofrenda, como el
Sembrador Divino, ¡siembra! Nada se pierde de lo que se entrega; el
Señor cosecha, tú, ¡siembra! No importa que nunca veas el fruto en
sazón; tú sólo eres instrumento: ¡siembra!

Se necesita: un ejército pacífico y unido que crea en el valor de las
pequeñas cosas; gente que construya la historia y no se deje arrastrar
por los acontecimientos; más corazones desarmados, en un mundo lleno
de rivalidades; almas magnánimas en una sociedad interesada; espíritus
fuertes para un tiempo de mediocridades; más trabajadores y menos
personas que critiquen. Necesitamos con urgencia, sin falta, una
asociación de manos bienhechoras encendiendo una luz para iluminar el
pesimismo de la multitud con un fósforo en las manos, pequeño,
insignificante, pero que ilumine disipando la oscuridad que trata de
envolvernos.

Que este mensaje genere en tu corazón el propósito de aprovechar mejor
cada día “en todo lo que es verdadero y noble, en todo lo que es justo
y puro, amable y digno de honra, en todo lo que haya de virtuoso y
merecedor de alabanza” (Fil. 4, 8). . P. Natalio.

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