domingo, 26 de junio de 2011

Tu fe puede crecer


Buenos días, amigo/a.

La adoración eucarística es un encuentro del alma y de todo nuestro
ser con Jesús. Es la criatura que se encuentra con el Creador. Es el
discípulo ante el divino Maestro. Es el enfermo con el Médico de las
almas. Es el pobre que recurre al Rico. Es el sediento que bebe de la
Fuente. Es el débil que se presenta ante el Todopoderoso.

Si tuviéramos los ojos de los ángeles para ver a Jesús presente sobre
el altar, y que nos mira, ¡cómo lo amaríamos! Querríamos permanecer
siempre a sus pies; éste sería un gozo anticipado del Cielo; todo lo
demás se nos haría insípido. Pero nos falta la fe: somos pobres
ciegos. Tenemos como una niebla sobre los ojos, que sólo la fe podría
disipar. Cuando Jesús ve ir hacia él con fervor a las almas puras, les
sonríe. Él no quiere más que nuestra felicidad, tiene las manos llenas
de gracias, buscando a quién distribuirlas ¡Nadie las quiere! Somos
demasiado desgraciados para comprender esto. Un día lo comprenderemos,
pero será demasiado tarde. Santo Cura de Ars.

Hoy todos los católicos celebramos la solemnidad del Cuerpo y la
Sangre de Cristo. Es una ocasión propicia para que renueves tu fe en
la presencia real de Jesús en este sacramento. En él se te entrega
como pan celestial que alimenta, fortalece y consuela. Viene a ti para
reafirmar tu voluntad de humilde servicio y comunicarte su paz y
alegría. P. Natalio.

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