sábado, 28 de mayo de 2011

La olla caliente


Buenos días, amigo/a.

Sufrir tentaciones es una situación normal del hombre. Surgen de
nuestra naturaleza inclinada al mal, o también del enemigo de Dios o
de ese mundo que vive al margen de la ley divina. La tentación es una
incitación a pecar. También los santos pasaron por tentaciones. Pero
lucharon y triunfaron, porque recurrieron a Dios.

Abba Poimén fue un célebre Padre del desierto. Se conocen de él más de
300 apotegmas. He aquí uno famoso. En cierta ocasión alguien le
preguntó al Abba Poimén: —¿Cómo puedo apartar de mí las tentaciones?
Él contestó: —Mientras la olla está fría, todo el mundo puede tocarla
y romperla; en cambio, cuando está bien caliente sobre el fuego,
nadie, ni el animal más feroz, se anima a tocarla. Así pues, mientras
tú ardas en amor a Dios, nada ni nadie podrá hacerte daño.

Jesús nos aclara que para vencer las tentaciones necesitamos estar
atentos y orar pidiendo fortaleza para no caer en las seducciones del
mal. Está claro también que no debes buscarte las ocasiones de fallar
porque “el que busca el peligro en él perecerá”. Que Dios te proteja y
bendiga. P. Natalio.

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