domingo, 8 de mayo de 2011

Elegir bien


Buenos días, amigo/a.

Con el salmo 119 suplica a Dios: “Inclina, Señor, mi corazón a tus
preceptos; dame vida con tu palabra”. Es una realidad que muchas veces
nos rebelamos contra la voluntad de Dios. Sabemos que está escrito en
su ley: “Amarás al Señor tu Dios con todo el corazón y con todas tus
fuerzas”. Pero es necesario pedirle nos ayude a elegir correctamente.

Un día el Abba Macario estaba de viaje con sus monjes y oyó a una
joven que le decía a su madre: —Hay un muchacho muy guapo, bueno y
rico que me quiere, pero yo lo odio; y hay otro muchacho que es un
canalla y me odia, pero yo lo quiero.
Macario se sorprendió mucho por tales palabras. Los monjes le
preguntaron: — ¿Por qué te sorprendiste tanto, Abba? Macario les
explicó: —Es porque los cristianos cometemos igual barbaridad: Dios es
hermoso, bueno y rico, y nosotros no queremos a Dios; el demonio es
nuestro miserable enemigo, y, sin embargo, lo queremos con insensata
locura.

Cuando cesó el diluvio, Noé salió del arca y ofreció un sacrificio de
gratitud a Dios. La fragancia de la víctima inmolada subió al Señor
que complacido dijo: «Nunca más volveré a maldecir el suelo por causa
del hombre, porque los designios del corazón humano son malos desde su
juventud». Que el Señor sea siempre la alegría de tu corazón. P.
Natalio.

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