Como las gallinas
Buenos días, amigo/a.
Para amar como Jesús nos enseñó, debemos aprender a vivir ciertas
actitudes y sentimientos que bajan el amor a la realidad cotidiana:
dulzura, humildad, paciencia, e indulgencia. Es indulgente quien es
capaz de perdonar las debilidades de los demás una y otra vez,
“setenta veces siete”, como respondió Jesús a su apóstol Pedro.
San Bernardino (1380-1444) fue un gran predicador. Una vez exhortó a
la paz a un grupo de güelfos y gibelinos que eran acérrimos rivales
políticos. Entre otras cosas les dijo: Imiten el ejemplo que les dan
las gallinas. Ellas se pelean, se picotean con furia, hasta se sacan
los ojos; pero, a los pocos minutos, olvidan todo y vuelven a comer, a
beber y a dormir de nuevo todas juntas en el mismo palo, en el mismo
gallinero. Para reconciliarse no necesitan ningún mediador. No sean
ustedes peores que las gallinas.
Vivir la caridad cristiana no es fácil. En verdad está por encima de
nuestra capacidad humana. Por eso es indispensable suplicar con
humildad y constancia al Señor el don de la fraternidad para poder
elevarnos sobre nuestros retraimientos y egoísmos. Pero cuando el amor
de Dios nos invade, podemos “perdonar, soportar y esperar sin
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