viernes, 29 de abril de 2011

Pisa fuerte y deja huellas


Buenos días, amigo/a.

El egoísmo atrofia al hombre, que sólo en la donación generosa a los
demás.encuentra su madurez y plenitud. Si te preocupas demasiado por
ti mismo y tu propio entorno, si vives para acumular dinero y
comodidades, no te quedará tiempo para los demás. Si no vives para los
demás, la vida carecerá de sentido para ti, porque la vida sin amor no
vale nada.

Pisa fuerte el que sabe lo que quiere, lo que busca, lo que espera.
Pisa fuerte el que encontró un sentido a su vida, una razón de vivir,
un por qué a cada una de las cosas y de los hechos de la vida. Pisa
fuerte y muy fuerte, el que en los momentos de dolor o de angustia no
se deja aplastar, ni desorientar, sino que en esos precisos momentos
levanta más alto su cabeza, clava su mirada en el Corazón del Padre
celestial y apretando los dientes, las manos tensas y los ojos
nublados por las lágrimas, o el corazón lleno de pena, no disminuye su
marcha a la meta, ni la desvía; sino con paso firme y resuelto se va
acercando a Dios. Y porque pisa fuerte en la vida, va dejando huellas
luminosas que servirán de ruta para muchos otros.

“Triste suerte la del hombre que sólo trabaja para vivir, pero no sabe
para qué vive. Triste suerte la de quien ha hecho del "tener y
retener" el objetivo de su vida. Dichoso, más bien, el que, mientras
gana su pan o acrecienta su fortuna, sabe hacer del trabajo una
ocasión de servicio al prójimo, cooperando con el proyecto de Dios
Creador, para hermosear al mundo”. P. Natalio.

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