viernes, 22 de abril de 2011

La cigüeña


Buenos días, amigo/a.

Necesitamos crecer en cultura cívica para involucrarnos en el control
de la gestión gubernativa. Es importante que el ciudadano esté alerta
para que se respete la vida, don de Dios y el primero de todos los
derechos, desde el momento de la concepción hasta su fin natural.
Busquemos afianzar el bien común con leyes justas cumplidas en
conciencia por cada uno.

Con paso acompasado, iba la cigüeña matando y tragando por familias
enteras los sapos, las lagartijas y demás inocentes bichos del
pantano. La llanura resonaba con el triste coro de sus ayes y de sus
maldiciones. La cigüeña, impasible, seguía su obra, indiferente a las
quejas. Le parecía que todos esos infelices metían demasiada bulla y
que harían mejor en callarse... Junto al bañado, conversaban la
mulita, la vizcacha y el zorrino. —Ahí está la cigüeña,- dijo la
mulita.. Ha venido a pasar su temporada. Da gusto pasar un rato con
tan buena persona. —Cierto, es muy buena persona, -afirmó el zorrino.
—¡Excelente persona! -dijo la vizcacha. Y los tres repitieron
convencidos: —¡Excelente persona! “Según el juez, es el juicio”.
(Daireaux).

Movamos los mecanismos oportunos para que la gestión social, política
y económica se oriente a una mayor equidad en la participación de los
bienes espirituales, culturales y materiales, buscando el progreso de
todos y, por lo tanto, y en primer lugar, el de los más
desfavorecidos. Todos debemos revalorizar la Política como arte de la
convivencia humana. P. Natalio.

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