domingo, 2 de enero de 2011

Cambiar un menos en más


Buenos días, amigo/a.

Ser optimista es cultivar una visión serena de la vida que nos lleve
descubrir todo lo que hay de bueno, alegre y gratificante en medio de
espinas y carencias. No pierdas el sentido de la proporción y más bien
destaca todo lo positivo, porque son muchos los especializados en
detectar todo lo sombrío y difícil de nuestro diario caminar.

Aconteció que un empresario tuvo que llamar por teléfono con urgencia
un poco más allá de las seis de la mañana. Lamentablemente, al marcar
el número se equivocó y le contestó una somnolienta voz de mujer.
Pidió excusas y cortó la comunicación. Pasados unos minutos, volvió a
llamar y, para su total desesperación, de nuevo escuchó la voz de la
misma mujer recientemente despertada. Pidió disculpas una y otra vez.
Pero la mujer lo interrumpió: —No tiene por qué pedirme perdón —le
dijo muy tranquilamente—; estoy sentada en la terraza bebiendo una
taza de te, mientras disfruto de una espléndida salida de sol. Si
usted no me hubiera despertado, me la habría perdido.

Es madurez cuidar el don precioso de la paz, cuando podemos olvidar
esas molestias intrascendentes de la vida. Dramatizarlas y contarlas a
todo el mundo es perder tiempo y dañarnos con una carga de
negatividad. Cultiva la capacidad de buscar la faz luminosa y positiva
de todos los obstáculos que te presente la vida. Que pases un día
apacible. P. Natalio.

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