Paciencia sobre todo
Buenos días, amigo/a.
Las buenas relaciones humanas dentro y fuera del hogar necesitan un
clima de aceptación mutua, de comprensión y compasión, y en especial
de paciencia. Es una faceta del amor. San Pablo en el magnífico himno
al amor en 1ª Corintios 13, dice que “el amor es paciente”. La
paciencia es difícil. Medita estas excelentes reflexiones.
Paciencia es amar a los demás aún cuando te decepcionen y no los
comprendas. Es aceptarlos tal como son y perdonarlos por lo que hayan
hecho. Paciencia es amarte a ti mismo y darte tiempo para crecer; es
hacer cosas que te mantengan sano y feliz y es saber que mereces lo
mejor de la vida y que estás dispuesto a conseguirlo, sin importar
cuánto tiempo sea necesario. Paciencia es estar dispuesto a
enfrentarte a los desafíos que te ofrezca la vida, sabiendo que la
vida también te ha dado la fuerza y el valor para resistir y encarar
cada reto. Paciencia es la capacidad de continuar amando y riendo sin
importar las circunstancias, porque reconoces que, con el tiempo, esas
situaciones cambiarán y que el amor y la risa dan un profundo
significado a la vida y te ofrecen la ocasión de continuar teniendo
paciencia.
¿No has comprobado que una palabra dura dicha en un acceso de ira te
trajo semanas de amargura? Un refrán tibetano afirma: “La paciencia en
un momento de enojo te evitará cien días de dolor”. Cada día pídele al
Señor toda la paciencia que necesites. Dile “Concédeme hoy fortaleza,
paciencia y serenidad. Que nada ni nadie me perturbe”. P. Natalio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario