jueves, 30 de diciembre de 2010

La gallina y los huevos de oro


Buenos días, amigo/a.

La ilusión de hacernos ricos por un golpe de fortuna, la tenemos todos
alguna vez. Pero esta ambición desmedida es engañosa. Nos saca de la
realidad, al olvidar el valor del trabajo y de la paciencia, mientras
nos enreda en imágenes fantasiosas generadas por la codicia. Esopo,
fabulista griego (s. VII a. Cr.), lo ilustra muy bien con esta
narración.

Un granjero y su esposa tenían una gallina que ponía un huevo de oro
cada día. Pensaron que la gallina debía tener un gran lingote de oro
en su interior, y para tratar de conseguirlo de una sola vez, la
mataron. Sin embargo, para desdicha suya, encontraron que la gallina
no se diferenciaba en nada de las otras gallinas. El par de ingenuos,
esperando llegar a ser ricos de una sola vez, se privaron en adelante
del buen ingreso que tenían asegurado día tras día.

El trabajo honrado y responsable nos libera del aburrimiento, de
entregarnos a los vicios, y nos proporciona los recursos para remediar
nuestras necesidades fundamentales. Es una bendición de Dios. Trabaja
con gusto y acabarás sintiendo gusto por el trabajo. “El que no quiera
trabajar, que no coma”, escribió san Pablo a los de Tesalónica. Que
tengas un día de acción. P. Natalio.

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