sábado, 27 de noviembre de 2010

Por una vida intensa


Buenos días, amigo/a.

Todos los bienes y dones, —como escribe el apóstol Santiago— nos
vienen del Padre de los astros luminosos. Aquí te ofrezco una súplica
para los días en que te encuentres sin energía, sin voluntad de
comenzar la jornada, sin ese empuje y alegría que necesitas para
afrontar tus responsabilidades. Es del P. Víctor Manuel Fernández en
su libro “Un estímulo para cada día”.

Señor, a veces me siento débil. Fortalece cada fibra de mi cuerpo y de
mi interior. Así yo sé que nada podrá derribarme, porque ningún poder
humano, ningún problema, ninguna enfermedad y ninguna dificultad
pueden ser más fuertes que tu amor. Lléname de tu vida intensa, Señor,
infunde tu dinamismo en mis acciones, inunda de vitalidad todo mi ser,
renueva mis deseos de vivir. Ayúdame para que una vez más pueda elegir
la vida en lugar de la muerte, la alegría en lugar de la melancolía,
la esperanza en lugar del desánimo, el empeño en lugar de los
lamentos. Tú que eres pura vida, inúndame, Señor. Amén.

En la Biblia tienes estas expresiones que puedes repetirte al comenzar
el día: “Yo espero en el Señor, él es mi auxilio y escudo; en su santo
nombre confío” (S. 33). “El que confía en el Señor renueva sus
fuerzas, despliega alas como las águilas; corre y no se agota, avanza
y no se fatiga” (Isaías 40, 31). Que pases un día muy feliz. P.
Natalio.

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