viernes, 12 de noviembre de 2010

Poder del buen ejemplo


Buenos días, amigo/a

Un refrán dice “las palabras mueven, pero los ejemplos arrastran”. El
poder del testimonio es enorme y decisivo. Las palabras están
devaluadas. Nunca el mensaje de Jesús tuvo tanta fuerza como cuando
pregonó el amor desde la cruz. Para construir a tu alrededor una
civilización del amor aporta cada día gestos de servicio, de humildad
y generosidad.

En una ciudad alemana bombardeada en la última Guerra Mundial,
encontraron, entre las ruinas, un Cristo a quien le faltaban las manos
y las piernas. Aquellos habitantes decidieron conservar así, sin manos
y sin pies, a aquel Cristo, como recuerdo de la barbarie de la guerra,
y de que somos nosotros los llamados a ser las manos y los pies de
Cristo. Una excelente manera de describir nuestra misión de testigos:
ser las manos y los pies de Cristo para llevar su mensaje de justicia,
de fraternidad, de esperanza, de amor a cuantos nos rodean.

Tanto los buenos como los malos ejemplos moldean el ambiente en que
vivimos. Ojalá que triunfen los que favorecen lo bueno, digno, noble.
Porque si prevalece el egoísmo salvaje, llegaremos a una pérdida tal
de los valores humanos que la vida será muy triste, que faltará lo más
hermoso: el respeto, la comprensión, el amor. Amigo/a, aporta hoy tu
granito de arena. P. Natalio.

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