miércoles, 24 de noviembre de 2010

Día de Acción de Gracias


Buenos días, amigo/a.

Hoy es el día de la Acción de Gracias. Ocasión oportuna para recordar
las palabras salvadoras que te alentaron, las manos generosas que te
ayudaron, los corazones abiertos que compartieron tus penas y
alegrías… y agradecerles a ellos y a Dios, “de quien proviene todo don
bueno y perfecto” (Santiago 1,17), las bendiciones recibidas en este
año que llega a su fin.

Ese día la maestra pidió a sus alumnos de primer grado que dibujaran
algo con lo que estuvieran agradecidos. Eran de familias pobres, ¿qué
tendrían que agradecer?, —pensó la docente—. Tal vez dibujarían platos
de comida, o alguna cosa por el estilo. Sin embargo, la maestra se
sorprendió mucho con un dibujo: era una mano, dibujada de forma
sencilla e infantil. Toda la clase quedó encantada con aquel dibujo.
—Pero, ¿de quién es esta mano? Preguntó la maestra. —Creo que debe ser
la mano de Dios, dijo un niño. —No, yo creo que es la mano de una
señora que alimenta sus gallinas, dijo otro. Mientras continuaban su
trabajo, la maestra se acercó al chico y le preguntó de quién era la
mano. —Es su mano, señorita, dijo.
Entonces ella recordó que a veces, en el recreo, había tomado de la
mano a este niño raquítico y desamparado. ¡Eso había significado mucho
para él!

La maestra, con intuición materna, había prodigado una muestra de
cariño a esa criatura, privada sin duda de atención en su casa. Y
había logrado con acierto saciar esa ansia de ternura de aquel pequeño
corazón. ¡Qué hermoso es que puedas llegar a las personas con gestos
que se graben significativamente en su recuerdo! P. Natalio.

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