miércoles, 22 de septiembre de 2010


“La imitaré y venceré”


Buenos días, amigo/a.

Hoy te presento una anécdota que vale más que largas reflexiones. Léela con atención, saboréala lentamente, vuelve a leerla… y quede grabada en tu imaginación y sensibilidad de tal manera, que sea para ti un llamado a perseverar con firmeza y valor, cuando el desaliento amenace tirar por el suelo tus más queridos proyectos.

Un día Tamerlán, el conquistador tártaro, sufrió una seria derrota que lo deprimió a tal punto que se encerró en su tienda. Pasaba las horas rumiando su desgracia y pensaba ya desistir de su anhelada empresa, cuando prestó atención a una hormiga que subía por la lona de su carpa. Con un palito tiró al suelo la hormiga. Pero el insecto de inmediato volvió a subir. El rey tártaro insistió en arrojarla otra vez al suelo. Sin desanimarse la hormiga empezó de nuevo su ascensión. El rey se obstinó en proyectarla al piso una y otra vez, hasta 80 veces. El rey se maravilló por la perseverancia demostrada por aquel pequeño insecto y, recapacitando, se dijo: "La imitaré y venceré". Y el rey tártaro se levantó, reorganizó su ejército, y siguió con renovado empuje la invasión proyectada. Fue un conquistador invencible.

Con esta breve historia puedes alentar a otra persona sumergida en las tinieblas del desaliento. Ayuda a persuadirse que paso tras paso, intento tras intento se puede subir una montaña alta y difícil. Es muy cierto que “la constancia es el complemento indispensable de todas las demás virtudes humanas”. Sin ella no hay éxito posible. Que apruebes esta asignatura. P. Natalio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario