El trabajo de cada día
Buenos días, amigo/a
Ningún trabajo es insignificante, ninguna tarea es despreciable, cualquier ocupación merece que pongamos todas nuestras fuerzas y nuestra creatividad en ella. “Si alguien está llamado a ser barrendero, debería barrer las calles como Miguel Ángel pintaba, como Beethoven componía música o como Shakespeare escribía versos”, (M. L. King).
Un hombre va a la consulta del medico y le dice:
—Doctor, me he caído y me duelen mucho las piernas!
El Doctor después de examinarlo le dice:
—No se preocupe, no es nada. Dentro de unos días ya estará Ud. trabajando.
—Caramba, Doctor, qué maravilla, además de curarme, ¿me dará trabajo?
El trabajo honrado y responsable nos libera del aburrimiento, de entregarnos a los vicios, y nos proporciona los recursos para remediar nuestras necesidades fundamentales. Es una bendición de Dios. Trabaja con gusto y acabarás sintiendo gusto por el trabajo. “El que no quiera trabajar, que no coma”, escribió san Pablo a los de Tesalónica. Que tengas un día de acción. P. Natalio.
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